Historieta de desorientación comunicativa

Eran tiempos de ausencia. Lo entendí como un signo de completa consolidación de nuestra amistad. Los mensajes instantáneos se autodestruyeron por su propia banalidad y se presentaba el momento oportuno para verificar telefónicamente si la suposición era mutua. No hubo llamadas.

8 de septiembre de 2014.

Comentarios